martes, 28 de agosto de 2012

PRESAGIO de Carmiña Gohe





Cuando la profesora me dio la hoja con la foto a partir de la cual construir un relato, me quedé estupefacta y con la boca abierta, tal como la imagen que me había tocado en suerte: un retrete.  Ese lugar, amigas, donde me siento a diario.  Aquel de la foto era un retrete muy particular, con una gran boca, grandes dientes que parecía iban a morder y la tapa, por el contrario, era una gran cara de unos azules y observadores ojos, que no asustaban, a ambos lados de una hermosa nariz rojiza.  Sentí como si estuviera mirando mi reacción y, ante tamaño desengaño, estoy segura de que un presagio se apoderó de aquella foto.  Tenía razón.  Yo, efectivamente, me iría al otro inodoro más normalito y tranquilo, para poder hacer mis… crucigramas diarios.  Así lo hice y fue de esa manera como el presagio de aquel extraño inodoro de la foto de mi tarea, se cumplió.




1 comentario:

  1. ¡Vaya, vaya! ¡Qué manera tan original de construir un relato sin relato! Muy bien, Carmiña. Tarea cumplida.

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