miércoles, 29 de agosto de 2012

ALGO PERDIDO de Águeda Hernández




-Hoy se me acabó el gel cuando me duchaba
-¿Y?
-Pues que tuve que salir de la bañera a buscar más y no había. Menos mal que encontré una pastilla de jabón que andaba por casa, ¿y sabes qué…?
-No
-Que me gustó usar la pastilla de jabón.  Me pareció práctica y hasta diría que más sensata que el gel líquido.  Ese jabón ya nadie lo nombra… ¿por qué?
-Hombre, no sé.  La gente no lo soportaría.  Los que nos pasamos al gel, ahora extrañaríamos pasar a la pastilla.  Lo dicho, no nos gustaría pensar en retroceder.
-Sí, es más práctico, incluso más  barato que el gel.  No sé en qué momento nos pasamos de la pastilla al chorrito de gel.
-Seguramente nos pareció más cómodo.  Tomas el gel que necesitas y ya
-Pasarla por el cuerpo no es igual.  La pastilla te deja la piel más suave y perfumada.  Su espuma me recuerda el mar cuando al romper sus olas en la playa, deja su arena bañada con su blanca espuma.  Fíjate que ahora viene a mi memoria el Heno de Pravia, Embrujo de Sevilla, luego más tarde Magno, y tantos y tantos más. Recuerdo que mi madre lo escamaba y lo esparcía en la ropa antes de guardarla.  ¡Sí! toda ella despedía luego aquella fragancia…
-¡Oh!, amiga mía, me conmoviste… ¿Y si resultase que simplemente hay que volver atrás en muchas cosas?.  Te prometo que a partir de ahora usaré tales jaboncillos.  Los tendré siempre en mi baño.  Será como recuperar algo perdido.
-Sí amiga, recordar es vivir…




1 comentario:

  1. No sabes cómo he disfrutado nuevamente leyendo este relato/diálogo, Águeda. También yo, como uno de tus personajes sin nombre, he sentido la necesidad de salir a comprar alguno de esos antiguos y añorados jaboncillos. Muy bueno.

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