martes, 24 de octubre de 2017

GRAN CIRCO Rosy Ramos


    Inconscientes o ignorantes, no se percataron del terreno árido y tosco que pisaban; penoso para mantener una sólida estructura, pero la emoción del momento y la mezcla de los acontecimientos que se avecinaban les nublo el entendimiento. Ni él ni ella, y mucho menos la advertencia de los más allegados, hizo que dieran un paso atrás para desistir de la nueva etapa en común que los dos estaban a punto de emprender.
    Era un plan arriesgado. Lo primero fue montar la inmensa  carpa azul. Espectacular nombre en la entrada, “GRAN CIRCO CRUZ”,  donde el cartel luminoso  destacaba ser una empresa familiar. Pero, olvidaron  los “pequeños detalles”: el respeto, la confianza, la lealtad…y sobre todo, amor mutuo, para que esa sociedad obtuviera buenos frutos.
    El  gran circo efectivamente fue haciendo mella, no aguantó pequeños vientos ni ventiscas más fuertes, y ese entoldado, colocado de mala manera, no les protegió.  Fue desinflándose hasta caer en picado, llevando el circo a la ruina.  
    Ella, cansada de formar parte de esa familia circense, de ser acróbata- trapecista, payasa, de  recibir tanta patada en el culo, abandonó la empresa.

Se arriesgó y salió mal, no hubo arrepentimiento, sabía del fracaso antes de la caída. 


1 comentario:

  1. Tu primera entrada en el Blog del Taller ha resultado ser un excelente relato, Rosy. El lenguaje metafórico, cuajado de símbolos, nos dibuja perfectamente la historia infeliz que se esconde detrás de lo aparente. Me ha encantado. Enhorabuena

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