martes, 24 de octubre de 2017

CORDÓN UMBILICAL - Maruca Morales



Yo creo que cada quien lleva su cordón en la sangre.  A mí me ha tocado llevarlo desde joven.  Empecé cuidando de mis hermanas, porque yo era la mayor de la casa y ay de mí si no las cuidaba bien.  Cuando me tocaba dormirlas era un suplicio, sobre todo con la más pequeña que, cuando le daba por llorar, no había quien la hiciera callar.  También lloraba cuando alguien la miraba porque le parecía que todos se reían de ella.  Entonces, a mí me correspondía llevarla conmigo para consolarla y hacerle entender que lo que creía no era cierto.  El resto de hermanos no decían nada y me obedecían porque respetaban que yo era la mayor, la que llevaba el cordón umbilical.
Ahora, que tengo hijos, pienso que sigo llevando el mismo cordón, pero con alegría porque ellos son lo mejor que Dios me ha dado.  Me siento orgullosa del respeto que sienten por mí. 
A veces, también me siento como un niño pequeño que va gritando y sembrando esperanza para que, con ella, el Señor nos mantenga fuertes y abiertos al amor.




1 comentario:

  1. Me gustó mucho tu cordón umbilical y los recuerdos del pasado que afloraron a partir de este título. Disfruto mucho con las historias sencillas del pasado de la gente, porque están llenas de verdad. Gracias por compartirlas con nosotros, Maruca.

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