domingo, 8 de octubre de 2017

ESTACIONES – Lali Marcelino




El primer verano después de mi adiós a la vida laboral…; un cambio importante que causa muchas depresiones, pero también, como en mi caso, más ilusiones, más proyectos, más amistades, más tiempo para mis seres queridos… Sumar es lo que me he propuesto…; restar sólo los años. Porque a partir de aquí restaré, no sumaré…y espero dar mucha guerra a la sustracción.
-¿Es cierto que cada verano proyectas, o quizá da igual en qué estación te encuentres?
-Te diré que en cada estación los proyectos tienen diferentes formas porque influye muchísimo el ánimo. En primavera, suelen tener formas alegres, florales, divertidas… No se me ocurre utilizar colores o formas tristes o melancólicas, eso lo dejo para el otoño, que también podría ser de renacimiento o de muerte.
Para el invierno se me ocurren cantos nostálgicos, fiestas familiares… La familia que retorna y también que se va, lágrimas porque la nostalgia conlleva enfrentarse a la soledad, al reencuentro… Todos quieren estar juntos y ahí es donde nos damos cuenta de que algunos no podrán, por diferentes circunstancias, y se sufre en la distancia del espacio, del tiempo o  de los sentimientos perdidos y que nunca volverán, porque ninguno se atreve a buscarlos. La cobardía se une con la desgana y la costumbre con la desidia.
Y… llega el verano, dónde la ebullición de viajar, de conocer nuevos lugares, nuevas costumbres y tradiciones…o sencillamente desmadrarse y entregarse al placer…; dejarse llevar por la magia de las noches estivales. El sol necesario y que esperas durante todo el año, nos llena de buenas vibraciones para el resto. Es una estación para hacer nada, de dejarse llevar y adentrarse en cada pueblo, en cada momento pasivo, con una buena lectura debajo de un parasol o un árbol, asistir a eventos que hasta el año próximo no volverán, preñarse en definitiva de buena energía para proyectarla en los demás.

Floración… Estío… Ocaso… Frío o Invierno
Sentirlas todas, cada una en su momento y lugar
Sentirlas y diferenciarlas, para eso debemos cuidarlas
Ahora se unen después de maltratarlas y  no apreciarlas
Son importantes y necesarias para nuestra madre tierra
Tanto, que da igual en este momento y lugar,
no saber cuál es cuál
Quizá ha llegado la ocasión de pensar…
 ¿nos da igual?





1 comentario:

  1. De este escrito, rescato sus efluvios de esperanza, de positividad, de energía positiva. Aunque haya nacido con vocación de monólogo, de diálogo interior que, proyectado hacia los demás –los lectores– invita a la reflexión. Es un mirarse en el espejo de la vida y su transcurrir por las distintas estaciones que la forman, para rescatar de ellas lo mejor, pero también para dolerse de los fracasos, de lo que se deja en el camino, de las pérdidas –algunas nacidas de trivialidades que con el paso de los años se hacen gigantes–. Que el remate de este escrito sea un poema, me encanta. Te invito a que sigas explorando este territorio, Lali.

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