En memoria de
mi esposo
Juan fue una persona muy alegre, desde muy joven. Le
gustaba la música y por eso aprendió a tocar algunos instrumentos. Por circunstancias de la vida, dejó de
hacerlo durante mucho tiempo pero, cuando regresó al lugar donde había vivido
su niñez y juventud y recordó aquellos tiempos perdidos, volvió a tocar su
música preferida: la mazurca, las folias, la jota… y haciéndolo, volvió a
renacer su juventud. Después de pasar
tantos en años en tiempo muerto, regresó a su cara la alegría que le daba la música.
Duró poco, porque poco después, su música quedó en
punto muerto para siempre, aunque no en nuestros corazones donde vivirá eternamente.
Bonito homenaje que emociona a quien lo lee y, como yo, guarda en su memoria como un tesoro, el recuerdo de un padre que también amaba la música.
ResponderEliminarRealmente hermoso.
ResponderEliminarPrecioso. Alicia
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