Niña, cuando
lleguemos a casa, tú y yo vamos a hablar seriamente, ya me tienes cansada,
porque cuando los mayores están hablando, los niños no interrumpen y se están
calladitos; y a ver si te sientas derecha, que te está
saliendo joroba. Dios mío, ¿qué he hecho yo para merecerme una hija así?,
fíjate en la hija de Loli, que siempre saca sobresalientes y es una señorita, ¿cuándo
vas a ser como ella?; como sigas así, no vas a llegar a nada en la vida; y no
llores, que llorando no se arregla nada; y dale eso a tu hermana, no ves que es
más pequeña que tú. Eso no se hace así, ¿cuándo vas a aprender?, pareces tonta,
escucha lo que te digo y pon atención.
Si quieres
permiso para salir, pídeselo a tu padre…me dijo que te lo pidiera a ti, pues
ahora por respondona no vas; ¿pero por qué?, porque sí … y punto; porque
mientras vivas en esta casa, vas a hacer lo que yo te diga; además tú lo que
tienes que hacer es centrarte en tus estudios y dejarte de pensar en tonterías,
que ya tendrás tiempo de divertirte, eso si quieres llegar a ser alguien en la
vida, claro.
Hoy vete, pero
te quiero en casa a las 9, y no protestes que si no, no vas; ya te he dicho mil
veces que no haces nada fuera de casa por la noche, que las mujeres decentes no
andan por ahí a esas horas; y recuerda, ten cuidado con quién andas, que los
hombres solo piensan en conseguir una cosa, así que nada de confianzas con
ninguno, y nada de traer amigos a casa, que sabes que a tu padre no le gusta, ¿qué
va a pensar la gente si ve entrando hombres aquí sin estar comprometidos?. Es
que no piensas sino en ti, sí mamá,…lo que tú digas…
Buen listado de arengas, bajo cuya tiranía crecimos las mujeres de algunas generaciones. No ha sido fácil ir dejando atrás las estelas de esas lecciones interminables. Me he visto reflejada en ellas; yo también las escuché, tal cual.
ResponderEliminarCuantos reproches, menos mal que sobrevivimos a ellos. Felicidades por tu esclarecedor relato. Alicia.
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