No es disculpa el estar
cansada pero…¡qué ya son tres mis chiquillos! y yo ando dormida por todos
lados. Además, el billete me costó lo
suyo pues pedí el puesto que tuviera más espacio para descansar las piernas que,
si sigo así, me saldrán várices y…¡adiós a las faldas que tanto me gustan!, si
eso ocurriera, usaría –irremediablemente –pantalón.
Espero no haber sido
maleducada cuando dije mi puesto es el Nº
33 y usted está sentado en mi butaca, haga el favor de levantarse, se lo ruego. Y es que lo vi tan instalado, con una manta
cubriéndole las piernas y un libro que se me antojó debía ser fabuloso y ¿yo?,
despeinada y rendida.
Su mirada me alertó e,
inmediatamente, seguí de largo.
Fabuloso. Convencida estoy de que el libro era fa bu lo so.
¡Claro! Imposible resulta a veces despegarse de la lectura de un libro fabuloso. Ya lo creo que sí. Me encantó la frescura de este micro fabuloso
ResponderEliminar¡Fabuloso el escrito y fabulosa la escritora! Un besazo
ResponderEliminarMuy ingenioso y divertido. Me sorprendes una vez más. FA... buloso
ResponderEliminarBU... enísimo
LO... co
SO... rprendente
Alicia,vuelvo ha intentarlo.Soy Roberto.
ResponderEliminarFA...buloso
BU...enísimo
LO...co
SO...rpendente
Como siempre tan original en tus escritos, y sorprendiendonos con ellos. Muy bien Alicia, me gustó mucho. Un beso.
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