No
es agradable para nadie, encontrarse inesperadamente con su novia en un tren,
cuando todo hacía suponer que estaría durmiendo. Y es menos agradable, si se la
ve junto a una persona de buen físico.
No le ha reconocido. Él debía
bajarse en la próxima parada, allí le esperaba un trabajo pendiente, que el
resto del mundo desconocía. Casi siempre
debía hacerlo de noche, como esta vez.
Así que no podía seguirla. Con
esa preocupación, bajó del tren, sacó su cámara fotográfica y tras llegar al
lugar convenido, se colocó entre los árboles, mientras trataba de encontrar una
explicación a lo que había visto en el vagón hacía un rato; su novia con
otro. En ese momento, llegó un coche que
se paró muy cerca, tal como esperaba. La
pareja que estaba dentro se abraza al despedirse, cariñosamente. Él sabe, por experiencia que, en momentos
como estos, suelen estar tan entretenidos que no se darán cuenta del flash de
la cámara. El trabajo ya estaba
terminado. Se marchó pensando que al día
siguiente cobraría una gran cantidad de dinero.
Hace años que trabaja como investigador privado, pero era la primera vez
que sentía en carne propia aquel…. De
camino de regreso a casa, no paraba de preguntarse si debía decírselo cuando la
viera o asegurarse de la verdad, contratando un detective privado.
¿Cazador cazado? Relato de cómo, a veces, la vida devuelve de alguna manera la pelota. Buena y efectista manera de contarlo.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu relato . Sigue así , te felicito. Reyna
ResponderEliminarMe ha gustado mucho este relato, te felicito.
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