Crecí
en un ambiente tibio y cálido, rodeada de muchos hermanos de mi misma especie y
variedad, atendida por manos cariñosas que me daban toda la atención y todos
los mimos para crecer sana. Cuando tenía
un tamaño apropiado, me trasladaron para exhibirme en un concurso de belleza y,
para mi sorpresa, fui la ganadora del primer premio. Allí estaba cuando, Génesis, una chica guapa
y elegante, me vio y se prendó de mí, al tiempo que exclamaba
-¡Esto
es justo lo que estaba buscando para el cumple de mi amiga Clotilde! Se lo llevaré y seguro que disculpa mi
tardanza.
Cuando
llegamos, nos estaba esperando en la calle, acompañada de un señor que, al
verme, puso cara de envidia por no ser él el portador de tanta belleza y el
objeto de tantos elogios, como lo era yo en mi plena exuberancia de orquídea.
Muy buena la idea de conservar el secreto de la identidad de esa voz narrativa, para el final. De ese modo se mantiene la tensión y la atención del lector está garantizada.
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