Besarse en la
calle era feo. Había que esconder y
reprimir tus sentimientos, porque dañaba y ridiculizaba a los que miraban. Mostrar a todos el impulso ferviente de tus
deseos, a través del acto de amor más sencillo y estimulante que existe, estaba
prohibido.
Estaría toda la
vida besando constantemente, ante todo el
mundo, sin sentir pudor ni miedo.
Besar siempre, en cualquier lugar y ante cualquier persona.
Besar es el
comienzo, el despertar, la entrega y el final de todo gran amor. Besos.
Un sí rotundo y alto, a viva voz, a lo que nos dices. Besar, acariciar, amar nos sana y nos salva. Me encantó leerte. Besos, Sandra, besos.
ResponderEliminarQué dulzura de relato con tantos besos. Enhorabuena y besos miles.
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