Había dos niñas gemelas
en el pueblo que siempre iban juntas, se llevaban muy bien, como dos grandes
amigas. Un caluroso día de verano, su
mamá les dio la sorpresa de que esa
tarde las llevaría a la playa. Nada más
escucharlo, las dos corrieron a su cuarto para ver quien se ponía primero el
bañador rosa. Fue Maritza quién ganó esa
vez, y Betty se moría de la envidia al verla en la playa con él.
Sacaron sus cubos y
palas e hicieron un enorme castillo de arena.
Al terminarlo, se bañaron. Ya
estaba oscureciendo, cuando sus padres las llamaron para irse. ¡Qué día tan estupendo habían pasado! Jugando se habían olvidado del traje rosa y
de la envidia, como hacen las buenas amigas.
Las gemelas, cansadas, se metieron en la cama temprano, porque al día siguiente
tenían que ir a la escuela.
Cuento infantil del que se puede extraer una buena lección.
ResponderEliminarQué simpática tu narración y a la vez nos da un ejemplo de comportamiento humano . Felicidades. Alicia.
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