…un día me despertara y me encontrara en un gran hospital,
preguntándome qué hago yo aquí con esta bata blanca y en medio de tanta
gente? No me lo explicaría, pero aquí
estoy y, de pronto, oigo algo así como..
-Doctora Zamora, a quirófano.
¡Esa soy yo!. Soy
médico; ese siempre fue mi sueño.
Después de tantos esfuerzos lo he conseguido.
Me dirijo al quirófano y allí están mis compañeros, médicos
como yo. Observo la admiración y el
respeto con los que me miran. ¡Por lo visto soy un gran cirujano!.
Luego de terminar mi trabajo, me dirijo a mi casa y durante
el trayecto pienso que aunque me gusta mi profesión, está llena de problemas y
es muy estresante. Doy clases en la
universidad, también y mis alumnos cada vez me exigen más. Por eso tengo conflictos familiares porque no
les puedo dedicarle tiempo a los niños, como yo quisiera.
Con esas preocupaciones llego a mi casa, cansada del ajetreo
de un día muy duro. Aquí está rodeada de
las flores que tanto me gustan. Mis
hijos salen a recibirme al oír el ruido de la puerta, mientras yo pienso en lo bonito
que sería poder ser una simple ama de casa, aunque ser médico haya sido mi gran
sueño.
El párrafo final parece responder a esa pregunta planteada en el título: mejor quedarse con lo propio, ¿verdad?
ResponderEliminarMuy original y ameno tu escrito. te felicito Maruca.
ResponderEliminarMe gustó mucho tu narración . Un abrazo, Alicia
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