No tienes mucho de nada,
pero suficiente de todo, me machacaba cada día. Veinte veces te lo he dicho,
que por querer ser tan perfecta te vas a volver maniática pero, pon el
chuchillo a la derecha. Tienes unos
brazos como unos chamizos, ponte mangas.
Eres un cimbre, eres un perenquén pero, eso ya lo sabes. Deja de juntarte con varones. Así no debes comportarte, eres demasiado ñoña
para estos tiempos. No olvides que no
tienes padre que te represente, aunque ya sabemos que las cabras siempre tiran
para el monte. Asegúrate de que, cuando
el sol tenga una caña de pescar de alto, vayas al colegio, y cuando el sol llegue
al quicio, pon las papas al fuego. Esas
alpargatas son para llevar a la escuela y para jugar en el camino, ponte las
rotas. Cueste lo que cueste, haré algo
de ti, aunque ya sabemos que los milagros se hacen en Fátima.
Me ha encantado este micro, elaborado con la enumeración de esos machacones y contradictores sermones escuchados día tras día por las niñas de aquella generación y… de las posteriores también; doy fe de ello. Muy bueno, Maruca
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