Venía de, lo que se ha
dado en llamar, una buena familia. Tenía
una cuidada educación y una formación excelente, dado los tiempos que
corrían. Todo en su vida transcurría con
un orden y una disciplina estricta, por parte de su familia de origen
inglés. Nada hacía prever la sucesión de
acontecimientos y desgracias que llegarían a su vida, que cambiaría de rumbo
todo lo que estaba previsto…
Con el tiempo, y por
motivos profesionales, viajó por todo el mundo; pocos países le quedarían por
conocer. Eran largos viajes, algunos de
hasta diez meses de duración que, sin embargo, no le impedían seguir en
contacto con su familia; a través de cartas y preciosas postales los mantenía
informados.
Era inteligente y de un
raro humor y especial sarcasmo, así como de una generosidad rayando en el
derroche, motivo por el cual su familia pagaba las consecuencias, en ocasiones
irreparables…
Con los años, contrajo
una enfermedad de las llamadas incurables y…se fue, sin pena ni gloria, de este
mundo.
La familia hizo lo que
pudo por darle una despedida digna y respetuosa, llenos de pena por lo que pudo
haber sido y no fue.
Con el paso del tiempo,
la perspectiva de las cosas cambia…, así que hoy no le juzgo; es más, tengo la
certeza de que hizo lo que pudo y cómo pudo y no todos tratamos su memoria con
cariño y agradecimiento. ¡Lo siento! Me
alegro de haber recapacitado, papá.
Uno navega por el relato, intuyendo los vericuetos de una vida azarosa, alejada de los convencionalismos ingleses de donde partió, sin saber muy bien hacia donde nos conduce esa voz narrativa que nació en el título. Lo sabremos justo con la última palabra y entonces, con ello, la historia cobra una dimensión nueva. Deja efluvios este escrito, Juani.
ResponderEliminarJuani tu sensibilidad siempre traspasa los escritos. Efectivamente, el tiempo todo lo relativiza y coloca en su sitio.Cada uno decidimos la vida que queremos y pagamos un precio por ello. Una vez más aparece tu sello de identidad; EL CORAZON.
ResponderEliminarUn beso; Roberto.
Leer tus escritos siempre es un placer. La emotividad que fluye de ellos me emociona cada vez que los leo.. Te felicito. Un abrazo.
ResponderEliminarJuani, me parece fabuloso , no juzgar a los demás es propio de almas nobles . Te felicito pòr esa generosidad . Alicia.
ResponderEliminar¡QUE GRANDE ERES!
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