martes, 18 de agosto de 2015

DRAMA. Esther Morales.








            Se encontró con un gran alboroto y algarabía, había gente por todas partes, todos hablaban y gritaban a la vez, parecía, nunca mejor dicho, un gallinero, sin orden ni forma.
            Ella, llevándose las manos a la cabeza se dijo: Dios mío nunca voy a salir de aquí.
            Después de dos horas de cola y mucha paciencia, de oír todos los comentarios altisonantes, lloros y lamentos con mal presagios, al fin llegó a la ventanilla. Ella iba a un taller de perfeccionamiento en Madrid y tenía que llevar aquel maletín que contenía sus instrumentos de trabajo, todos aquellos males para quien la requisaba. Cuando se lo explicó al funcionario, para su gran alivio, la comprendió  y le dijo: bueno pero lo tiene que pasar por equipaje.
            Estuvo todo el viaje preocupada pero su alegría fue cuando llegó a Barajas y en la cinta transportadora apareció su maletita de mano con sus instrumentos de trabajo para un Congreso de Peluqueras.
            Esto ocurrió el 15 de septiembre de 2001, el Taller y el viaje ya estaba comprado.  Un suceso anterior, en días cercanos, había cambiado el mundo.




1 comentario:

  1. Buena anécdota que dibuja perfectamente la psicosis en que entró el mundo de la aviación y los viajes, a partir de aquel fatídico 11 de septiembre

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