viernes, 5 de junio de 2015

RELATO GANADOR DEL 2DO. PREMIO CERTAMEN NARRATIVA HERTE 2015

EXISTENCIAL    de    Carmen Garcés

Aquí estoy, nuevamente empapado del frío rocío de la noche. Hago recuento de lo acontecido durante el día que se extingue. No ha sido uno de los mejores que me ha tocado superar, sin embargo los he tenido peores.
Entrada la noche, fui asaltado, agredido y despojado de casi cuanto poseía, por una muchedumbre enardecida.  Ya sé que estos riesgos constituyen parte de mis funciones, mas no acabo de acostumbrarme, en los últimos tiempos estas acciones ocurren con demasiada frecuencia.
Mis sentimientos son una extraña mezcla de miedo, frustración y aflicción, por ver como la desazón de estos seres, les lleva a cometer actos como estos. La falta de recursos, el hambre…, en una palabra, la desesperación los obliga a ello; es por eso que no puedo culparles por sus actos,  me limito expectante a que tomen de mí lo que necesiten y se marchen, esperando que lo hagan sin que me dañen físicamente.

Llevo incontables años en este barrio, intentando cumplir cabalmente con mis obligaciones, y por ello  comparto  el día a día con sus vecinos;  sin embargo estos,  la mayor parte del tiempo tratan de evitarme, -muchos hasta cruzan de acera para no encontrarse conmigo-; otros pasan por mi lado de prisa, casi sin mirarme y, los pocos que a mí se acercan, lo hacen con aversión, evitando todo contacto conmigo.  ¡La verdad es que no me tienen en demasiada estima!

           Sí, ya sé que no soy uno de los seres que más admiración despierta, pero…, ¡es que nadie ha querido conocerme a fondo!.,  ¡oigan, que no muerdo!. 

¡Si supieran  el gran afecto que les profeso!.
 A cada uno, los conozco mejor de lo que nadie podrá conocerlos jamás. Sé cuándo están felices, -pues ese día, han celebrado una gran fiesta-, con vino, buena comida y regalos; también sé cuándo están pasando momentos de estrechez, o si están enfermos. Todas esas ocasiones las comparto y las siento como mías. Soy feliz y sufro con ellos, por eso me lastima tanto su desprecio.
¡Cuánto daría por que fueran un poco más amables!; un gesto de cariño de vez en cuando,  para mí sería suficiente.

Si comprendieran lo dura que es la vida de un contenedor de basura, seguramente  me valorarían más y me maltratarían menos.




4 comentarios:

  1. Estilo limpio y depurado, al servicio de una historia contada desde el original punto de vista de un objeto; hasta tal punto creíble que este ser inanimado parece tener alma y sentimientos. Todo eso y más ha hecho a este relato merecedor del segundo premio. Felicidades!!!

    ResponderEliminar
  2. Simplemente genial!!! Un relato muy ingenioso con un sorprendente final,
    merecido premio compañera FELICIDADES!!!

    ResponderEliminar
  3. Carmen, tu relato es bien ocurrente e imaginativo, divino para provocar una divertida sonrisa . Hasta el final sabrá Dios lo que pensé . Muchas felicitaciones por ese merecido premio. Alicia

    ResponderEliminar
  4. Querida compañera: Me he quedado de una pieza al leer tu relato, es magnífico, expectante bien construí do y con un final inesperado. Te mereces este premio y mucho más. Enhorabuena.

    ResponderEliminar

Nos gusta saber tu opinión, sea cual sea. Déjanos un comentario. Gracias