Solíamos disfrutar de múltiples privilegios y flotábamos en
la abundancia: infinidad de viajes en primera clase a paraísos…fiscales, con
tarjetas…opacas, con el fin de complacer nuestras fantasías y caprichos. El caso es que se formó tal revuelo por culpa
de algunos envidiosos que tiraron del hilo y…la madeja se enredó tanto que ya
es mayor que una enredadera. El embrollo
fue tal que ahora no hay cárceles para tanta gente.
Este año, por descontado, las campanadas las darán en la
televisión de alguna de tantas prisiones famosas, porque son los lugares de
moda; allí vive la cream de la cream vistiendo sus modelitos a rayas, comiendo
chorizo, mostrando dientes y cantando:
¡Qué
bien, qué bien, hoy comemos con Isabel!
Y
¡¡¡¡Es
que estamos tan a gustito…!!!
Querida Lilia, cuando abordas la acidez de la crítica con ese sentido del humor con sello propio que tienes, lo bordas!!! ¡Qué buena eres!
ResponderEliminarLA CRUDA Y DURA REALIDAD, David.
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