jueves, 29 de noviembre de 2012

BARQUITOS DE PAPEL de Lilia Martín Abreu





Ella permanecía ausente, mirando un barquito de papel que tenía entre las manos, cuando el pasado entró tímidamente, poblando sus recuerdos y, una pequeña chispa de luz asomó en su  mirada, antes vacía y sin brillo.
-¡Hola, hija!, no te oí llegar –me dijo, al tiempo que sus labrios dibujaban una sonrisa enigmática, dándome un beso de bienvenida, con la misma ternura de siempre.
La contemplé paralizada y, la esperanza abrigó mi confundido corazón, tan sólo por una fracción de segundos, porque ella de nuevo volvía a zozobrar ante su barquito de papel, adentrándose en aquella densa niebla que la convertía en náufraga de recuerdos.
Era evidente que la enfermedad permanecía sólida como una roca, obligándola a cargar un pesado fardo de olvido que estaba, paradójicamente, repleto de recuerdos.
Yo la seguía observando cuando me rozó la certeza de que somos como barquitos de papel ante el destino.


2 comentarios:

  1. Limpio, certero. Excelente uso del lenguaje. Adjetivas francamente bien, te atreves con las metáforas. Muy bueno, Lilia.

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  2. Que relato tan cierto y tan bien escrito, me ha gustado la conclusión final " somos como barquitos de papel ante el destino"

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