jueves, 7 de mayo de 2015

LOS HOMBRES QUE NO AMABAN A LAS DIOSAS. Lali Marcelino.




Texto extraído de una conversación con una mujer maltratada, hoy en día a salvo; vive en una casa protegida.


            Está claro que a los hombres, como a las mujeres nos gusta amarnos, pero cuán diferente lo transmitimos. Dos puntos de vista distintos, porque aunque queramos equipararnos no somos iguales ante ninguna circunstancia. Me gusta sentirme distinta de ellos.
            El hombre, ese ser maravilloso que parido y educado por una mujer, tiene una responsabilidad distinta, aunque con tanta igualdad ya no se aprecia la diferencia. La mujer, ese ser increíble con tantas posibilidades, puede ser madre a la vez que padre, sin desmerecer el papel que ejerce el hombre dentro de la paternidad. Ambos estamos capacitados para lo que hemos sido creados, profesionalmente hablando, porque afortunadamente físicamente somos totalmente distintos y si nos empeñamos, somos capaces unos y otras, de hacer cualquier labor o tarea.
            Mi corta experiencia me señala que al sexo masculino en lo más profundo de su ser, a las endiosadas, me refiero a las mujeres que algunos de ellos creen que están por encima, si pudieran las matarían, de hecho, el mayor índice de mortalidad por malos tratos, se debe a que de mujer manipulada pasa a ser Diosa, y esto, siempre habrá alguno que no lo puede resistir.
            “No puedo tenerte, por lo tanto TE ANULO o TE MATO”




1 comentario:

  1. Efectivamente, hay hombres que no aman a las diosas, pero por fortuna son una minoría rastrera y despreciable. El resto, inmenso y maravilloso, está formado por hombres que, de igual a igual, son estupendos compañeros de este viaje que es la vida.

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