jueves, 10 de enero de 2013

PÉTALOS DE ROSA de Águeda Hernández



Bruno condujo, sin rumbo, durante horas, repasando mentalmente las mismas escenas: el primer beso de Sofía, su esposa, el día de su boda, la construcción de la casa de sus sueños…  Se le encogía el corazón recordando imágenes de sus seis años de matrimonio.
Unos cinco meses antes, Sofía le había descubierto un amante.  Aunque ya había puesto punto final a su relación, su infidelidad había lastimado profundamente a su esposa y por eso, temía perder a Sofía para siempre.
Aquella noche, había intentado una vez más recuperarla.  Cuando ella regresó del trabajo, la recibió con la bañera llena de agua caliente y pétalos de rosa, pero Sofía rechazó sus insinuaciones, lo que provocó una discusión.
-Parecía que nos amábamos mucho –se lamentaba ella –¿por qué me siento tan sola por las noches aunque él esté junto a mí? ¡El matrimonio tiene que ser algo más que esto!
Bruno salió furioso de la casa y se fue en la camioneta.  A muchos kilómetros de allí, rompió a llorar. ¡Cuánto la amaba!. Dio media vuelta y regresó.
El amanecer le sorprendió sentado en el vehículo, frente a su casa.  Poco después, se abrió la puerta principal y una Sofía sonriente empezó a caminar hacia él.


1 comentario:

  1. El bálsamo sanador del perdón –suave como pétalos de rosa- : en eso me hace pensar tu relato, Águeda. Muy bonito.

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