Este grabado
representa una cama. Veo un hermoso
vestido de mujer sobre ella. ¿Qué
historia estará próxima a aparecer?.
Seguro que su pareja la estará esperando impaciente, querrá verla exuberante,
divinamente perfumada. Se sentirá orgulloso
de llevarla del brazo y de presumir de ella ante sus amigos. Sí, por supuesto que la alcoba estará llena
de momentos agradables o quizá no tanto…, pero cuando veo una cama bien
arreglada que invita al descanso, al abandono, a soñar despierta…, me llega a
la mente una punzada, como un dolor y, aunque me cuesta reconocerlo, un poquito
de envidia. Es que, sinceramente, no
puedo olvidar algo de lo que fui testigo hace unos años, cuando recorría en
coche algunos pueblecitos de la montaña.
Era todo tan bucólico que hasta pensé que lo estaba soñando. Este pueblecito era muy pequeño y, al
atravesar la única plaza, vimos un grupo de señoras sentadas en círculo, cada
una con una labor en las manos. Sonreían
y charlaban a la vez que tejían y bordaban.
Mi hija y yo decidimos bajar del coche a mirar y descubrimos unos
trabajos preciosos que salían de esas manos prodigiosas.
-¿Qué están
haciendo? –preguntamos.
-Es el ajuar
de mi nieta –nos contestó la señora más anciana.
-Sí, en este
momento, nos estamos esmerando en bordar esta colcha. Lo hacemos entre todas, así tendrá un
recuerdo de cada una. Seguro que ella
sabrá quién ha bordado cada esquina. Lo
hacemos con gran cariño, a la vez que nosotras compartimos y recordamos tiempos
pasados.
Mi hija y yo
quedamos impresionadas. Subimos al coche
pensando lo que perdemos a veces por vivir en la ciudad. Ni ella ni yo tuvimos la suerte de esta
novia.
Este es un
recuerdo agridulce que esta foto ha sido capaz de aflorar otra vez. Ha cumplido su misión.
Con ese estilo tan dulce y entrañable que te es particular, nos has contado una bonita historia que, como bien dices, fue capaz de resurgir de tu memoria a partir de una fotografía.
ResponderEliminar