jueves, 17 de enero de 2013

EL REFLEJO de Maruca Zamora




Al pasar por el salón de mi cada, me quedo contemplando el espejo que allí está.  Admiro su bello diseño, de estilo antiguo, muy tallado, de color jade oscuro.  Siempre me ha llamado la atención y no paso cerca de él sin mirarme y me digo, ¡estoy guapísima a pesar de mis años!.
Todos los días me lo repito.  Yo veo las arrugas, pero por mi interior el tiempo no ha pasado y cuando tus hijos te dicen ¡mamá, qué guapa estás!, ese día más joven te sientes.
Un día, al levantarme y mirarme en él, pensé, el espejo tiene arrugas pero no son las mías, son el reflejo de la cortina que está detrás de mi. ¡Dios, cuántas tiene y yo no me había fijado!
De todas maneras y pese a ello, yo me sigo sintiendo guapísima porque, indudablemente, las arrugas del espejo son el reflejo de la cortina, sólo eso, nada más.


2 comentarios:

  1. ¡Qué bueno, Maruca! Ingenioso, divertido, bien contado y además, tienes razón, estás guapísima, sí señor.

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  2. Original la asociación que se ve en el texto y con un toque de humor. Por muchas arrugas que se vean y aunque no tengamos cortinas cerca, da igual, la culpa es del reflejo de la cortina. Las arrugas son hermosura y todas/os estamos guapiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiisimos

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