Ella extrañaba sentir asombro por
las cosas, sentirse maravillada, embelesada por el más insignificante acontecer
en su lenta y monótona vida.
Al fin y al cabo…ella…
Había pasado por tantos
acontecimientos en el deambular de su larga existencia que si fuera a
enumerarlos y, aun simplificando, necesitaría varios tomos de miles de páginas.
¡Ahora, que ninguno, eso sí, tan
impensable como aquel!
Quién le iba a decir…que la vida le
reservaba algo tan… efervescente que, en cierto modo, la sumergiría en un
desierto de patética soledad; de silencios inabordables, en un sentir auténtica y desgarradora percepción de desmerecimiento.
¿Por qué ahora?, en este preciso
momento cuando ya había declinado todas y cada una de sus aspiraciones. Ahora
que había admitido arrostrar con su destino.
Un destello incongruente y
espontáneo hacía tambalearse los cimientos en los que había sepultado sus más
íntimos sueños, sus más bellas esperanzas de sentirse viva…De sentir que aún…
¡Vaya con los relatos de final abierto!, nos dejan con ganas de saber, como en este caso. Lograste despertar nuestro interés, por tu modo de trasladar sentimientos al papel y ahora queremos conocer el final, cerrado, de esta historia.
ResponderEliminar¡Conmovedor!
ResponderEliminarMuy buena idea, para todos los que alguna vez, nos hemos hecho esas mismas preguntas y dejamos abierta nuestra mente a.....
ResponderEliminarMuy buena idea, para todos los que alguna vez, nos hemos hecho esas mismas preguntas y dejamos abierta nuestra mente a.....
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