Abrió la puerta de su piso. Notó que algo anormal había sucedido. Ella,
la típica funcionaria ordenada y meticulosa, se extrañó de semejante caos, pero
eso no fue todo, con pasos lentos y semblante derrotado, asomó un hombre
desconocido a través del pasillo.
-No se asuste señora, tan
sólo vengo a pedirle un favor, usted trabaja en una Embajada y yo necesito un
visado para viajar a ese país, no le haré daño pero conservo algo que a usted
le interesa.
-¡Ah!, pensó Rosana, mis
tarjetas de crédito, la libreta de ahorros ¿Qué habrá hecho este hombre?.
Al día siguiente ella cumplió lo prometido:
aquí tiene su visado, puede irse cuando quiera, seguro que en ese país
conseguirá un buen trabajo.
- Eso espero- y le entregó un
sobre con las tarjetas de crédito y demás documentos.
Ya en el barco que lo
llevaría a su destino, el hombre se recostó sobre la baranda y sacó una carta
de su bolsillo, habían sido tantas horas esperando a Rosana que el cartero había
pasado dejando la correspondencia debajo de la puerta. No pudo resistir la
tentación y se encontró una misiva de un tal José Alberto, un antiguo novio que
le pedía que lo ayudara pues se encontraba solo y enfermo y con una malísima
situación económica. Con letra temblorosa había escrito su dirección y la
apremiaba a visitarlo y ayudarlo recordándole el inmenso amor que los había
unido en su juventud.
-Vaya, pensó a buena hora
se acuerda de esta mujer, a punto de jubilarse, seguramente en sus años mozos
la abandonó y encontró amores en otros brazos y claro, la pobre Rosana lo
esperó con lealtad y confianza, después vino la soledad y el dolor por la
ausencia, recordando siempre la ternura de unos besos que tanta falta le
hacían.
Ahora que ya lo ha
superado, aparece este hombre como si nada tuviese importancia pensando solo en
su provecho. No lo veo justo, es una buena mujer, no permitiré que la engañen
otra vez, ella todavía es joven que emplee su dinero en vivir, que disfrute de
cada momento que la haga feliz, y pensando en esto, la carta resbaló de sus
manos y cayó al mar.
Dos hombres en la vida de Rosana, uno que invade su presente para para chantajearla a cambio de algo, otro que pretende volver de su pasado para recoger lo que nunca sembró. Espero que Rosana no tenga piedad y se deshaga de los dos.
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