Le dije al taxista que por favor pusiera la radio y replicó
que en la radio no decían más que mentiras y que los políticos aprovechaban los
medios para engañar al pueblo. Al llegar
a un semáforo, el taxista cogió un libro de la guantera y se puso a leer unas
líneas. Yo quise aprovechar antes de que
cambiara a verde, para orientarle mejor sobre la dirección donde le había
pedido llevarme. Hice que se demorará
unos segundos antes de avanzar y los de atrás le empezaron a gritar como si el
mundo se fuera a acabar del cabreo que tenían: ¡se van a enterar estos
taxistas!
Alguna vez leí la definición de milésima de segundo: decían que era lo que tarda en tocar la pita el coche de atrás cuando cambia la luz del semáforo. Y eso justamente es lo que le pasó al taxista de tu relato. Bien resuelta la tarea de esta semana, Maruca.
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