P. ¿Por qué lees?
R. Para sentir, sin necesidad de experimentar con tu propia vida.
P. ¿Por qué escribes?
R. No lo había hecho nunca hasta que un día caí en un taller de narrativa
con unos componentes muy especiales, guiados por una “loca” por la poesía y las
palabras; que ha sabido incitarnos a este menester. Para mí se ha convertido en una terapia
semanal en la que cada jueves nos enfrentamos a un reto. Les agradezco a todos ellos las horas compartidas.
P. Escribir un relato corto es
una manera de contar historias. ¿Qué espera de dicho relato?.
R. Que sea tenso e intenso, que no puedas dejarlo hasta terminar de leerlo
de un tirón.
P. ¿Te acuerdas de tu primer
libro de lectura?.
R. Sí, “La edad prohibida” de Torcuato Luca de Tena. Antes mis lecturas
había sido los cómics: Mortadelo y Filemón, Zipi y Zape, Carpanta…
P. ¿Qué te da miedo?
R. El sufrimiento.
P. ¿Qué detestas?.
R. La mentira, la hipocresía, la venganza. Hay personas toman esto con con mucho rigor.
P. ¿Qué objetos te resultan
imprescindibles?.
R. Un libro, un cuaderno, un lápiz con goma.
P. ¿Qué no soportas de ti misma?
R. La impaciencia por hacer las cosas. No aprendo que todo lleva su tiempo.
P. ¿Un vicio inconfesable?.
R. Los vicios no se pueden confesar. ¡Bueno! Hay uno que sí: el chocolate.
P. ¿Una satisfacción?.
R. Mis hijos, que hoy están haciendo lo que les gusta y que tengan un
trabajo.
P. Dime un mito erótico de juventud.
R. Gary Cooper.
P. ¿Don Quijote o Sancho Panza?.
R. La locura de don Quijote es más necesaria.
Y termino que es espejo se me está empañando.
Este espejo en el que te has mirado y con el que has conversado, nos ha mostrado facetas de ti que ya conocíamos; es lo que sucede con las personas transparentes. De modo que sólo hemos confirmado lo que ya sabíamos: nos encanta la pequeña dosis de locura de don Quijote que vive en ti, que seas una incondicional de la vida y de las risas y esa mezcla de fortaleza y sensibilidad que te define. Por si esto fuera poco, que ambas seamos confesas amantes del chocolate, nos hace más cómplices, si cabe. Un abrazo, Ana.
ResponderEliminarQué gran riqueza interior tienes, y un toque de locura que nunca falte para dar sabor a la vida, besos Lilia.
ResponderEliminarQ bella persona eres. Gracias por compartirlo
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