Le dije al taxista que por favor pusiera la radio y replicó que en la radio
únicamente dicen mentiras.
Pensé, por
un momento, que no estaba desencaminado, que era cierto, que los medios de
información muchas veces distorsionan la realidad.
Yo no estaba
de muy buen humor, había dormido deprisa y al despertar me dolían todos los
huesos. De hecho, me dirigía al físio
medio soñolienta.
Su
contestación me dejó sorprendida, pero recordé que era un servicio público y
debería, de alguna manera, agradar a los clientes, así el trayecto sería más
cómodo.
Pensé en su
contestación y qué decirle a un maleducado como este.
Pero cual
sería mi sorpresa cuando, al llegar a un semáforo, el taxista cogió un libro de
la guantera y se puso a leer unas líneas, mientras seguía haciendo caso omiso a
mi petición.
No me lo
podía creer, ¿o sí?, ¿estaré soñando aún?, me preguntaba continuamente.
Aproveché
el semáforo yo también y me pinté los labios sin espejo.
Vi cómo me
miraba por el retrovisor, desafiante, esperando una mala contestación mía. Pero
no, no sé por qué no le contesté, mi me enfadé.
Sólo me
extrañaron sus pestañas, las llevaba con rímel, no sé si era reflejo del sol o
es que era un travesti. Me daba igual, pero lo que sí tenía claro es que su
actitud no se la iba a permitir, avasallándome de esa manera, que siguiera
leyendo y con la radio apagada.
Insistí de
nuevo: Por favor, ¿puede poner la cadena Ser?. ¿Para qué?, me contestó. Si ahí todos son comunistas, y
sale el de la coleta, sí ése el de Podemos. Vamos a terminar como en Venezuela.
Páreme
aquí. Justo aquí. Sí, sí, donde le estoy diciendo. Paró sin rechistar.
Al bajarme
la placa de su matrícula era: TF-BHS-COCA-COLA BEBIDA DESENFADADA.PRUËBELA!!!!.
¿Fue un
sueño? ¡Qué más da…! Así y todo me dije: “Se van a enterar estos taxistas”.
Vaya Lyle, buena primera entrada en nuestro blog y primer relato en el Taller. Aprovecho para darte la bienvenida oficial a ambos. Estamos encantados de que estés en él y ya estamos deseando leer tu próximo escrito
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