Una noche parecida a la de hoy, yo,
Eva María, me transformé en un personaje de terror: Samara La Señal. Hice un par de tarjetas de horror: Sweeny
Todd, Eduardo Manostijeras, Drácula, Freddy Kruger, para entregárselas a mis
compañeros del Taller de Narrativa.
A todos les asustó mi aspecto y las
tarjetas les causaron pavor. A medida
que pasaba la noche, más terrorífica se volvía.
De pronto, se apagó la luz del centro y la puerta de la clase estaba
cerrada. La llave que tenia la profesora
no podía abrir la puerta y todos estaban temblando de miedo porque se oía mucho
ruido, pasos extraños, sonidos muy raros…
Trataban de tranquilizarse y a mí me tenían apartada porque mi rostro
les daba terror. Cuando empezaron a caer
unas gotas de agua, la aparente tranquilidad se volvió histeria y, poco a poco,
la clase se inundó.
Roberto me observaba, sonriendo y
tranquilo hasta que se dio cuenta de que era yo quien lo estaba
provocando. Con su bastón, me dio en la
cara de Samara La Señal y yo quedé sin conocimiento, volviendo todo a la
normalidad.
Menos mal que yo no estaba allí. Es lo que pasa la noche de Halloween cuando uno se viste de Samara La Señal. Jaja
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