El escoger este tema no es casualidad. No, no lo es
porque yo he sido de esas personas que piensa que la vida no te pone en ciertas
circunstancias simplemente porque sí.
De pronto, un día cualquiera, te encuentras pensando
en lo que hasta ahora ha sido tu vida. Y te preguntas, el por qué a lo largo de
los años siguen habiendo cosas, que, aunque ya no estén en tu día a día, en lo
que eres tú ahora, si es cierto que en su momento fueran importantes para ti, claro que si.
Tanto que, todavía hoy cuando las recuerdo, aunque sea muy de vez en
cuando, se me sigue removiendo algo dentro del alma. A veces son recuerdos muy
duros y otras agradables, pero siempre removiéndote sentimientos, ya sean buenos o malos.
Ahora, después de esos cinco meses que estuve enferma, al volver a verme
bien y fuerte de nuevo, es cuando hice un alto en mi vida para reflexionar y
pensar. Pensar, en el por qué, todavía hoy, esa parte del pasado sigue
haciéndote tanto daño. Y en ese momento fue cuando me atreví, por fin, a mirarme en un supuesto espejo y desnudarme,
es decir, delante de él, donde nadie te escucha ni te ve, solamente tú y el
espejo: y me pregunto, ¿Qué te pasa? ¿Contra qué o quienes luchas? ¿por qué
sientes que estás parada? No será porque nunca has aprendido a asumir que las
cosas que nos pasan en la vida no son por que sí, sino que pasan porque en ese
momento, son tus circunstancias y tienes que vivirlas para que cuando ya no
están ahí, sepas que tienes que asumirlo y aprender a pararte y decir hasta
aquí, ya esa circunstancia pasó, sea persona o cosa que haya estado ahí.
Aprender en que momento de tu vida tienes que cerrar puertas para que se puedan
abrir las siguientes…
No le quito ni le añado nada a lo que dices, Mercedes, salvo comentar que esa es una muy sabia manera de enfrentar la vida y sus circunstancias.
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