Algún día se decidiría
ir a Perú, el país que siempre me había hecho ilusión conocer por sus paisajes,
su cultura, sus ruinas famosas y antiguas, como la fortaleza de Paramonga, las
ruinas de Chan Chan, y otras de la cultura Chavin de hasta 100 años antes de
Cristo. Luego pasaron otras a lo largo
de los años hasta la cultura Inca. Ahora se conocen las famosas pirámides de
Masca que han perdurado a través del tiempo, sin saber si eran un antiguo
aeropuerto de otras civilizaciones, o las ruinas de Machu Pichu en esa meseta
perdida entre las montañas, o el lago Titicaca, el más alto del mundo. Admiraría su artesanía de alegres colores, el
arte de la imaginería, muy arraigada en ese país, la orfebrería que viene de
culturas antiguas algunas en oro y plata, que ya había podido apreciar yo, al
ver un reportaje en la televisión, las
maravillas que hacían y hacen. También hay una imagen de la virgen que es
muy curiosa ya que tiene alas como los ángeles; está en lo alto de una colina
como en señal de protección de esa ciudad.
Necesitaría un mes, o dos, o más, para administrar tanta belleza
desconocida por muchos de nosotros.
Eso pensaba
Rosa, asomada a la ventana de su casa: quizás algún día sea posible ese sueño y
cuando llegue, ella sabe que irá hacia él, sin mirar atrás.
Este sueño de Rosa, no deja de ser un pretexto para dar un paseo por la cultura peruana, sus paisajes, su historia, sus costumbres…pero también nos habla de que si perseguimos nuestros sueños, tal vez nos encontremos con ellos; es el único modo
ResponderEliminarMe encanta ese viaje soñado, todos tenemos uno .Felicidades, Alicia
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