Josefa y
Domitila alegaban un rato, mientras se tomaban un buchito de café.
D: ¿Cómo ves tú este año que empieza?
Josefa.
J: ¡Ay Domitila! Si te digo la verdad, lo veo negro, pero ¡muy
negro!, y también arrebatadamente romántico mujer…
D: ¡Aguarde Josefa!, ¿de dónde demonios sacas tú eso?, desembucha
más claro pa poderte entender!
J: Mira Domitila, nos van a subir tanto la luz, que tendremos
que volver a las velas e ir buscando a donde arrimarnos, pa ver si nos
calientan las patas, y así poder pasar el invierno.
D: ¡Alabado sea Dios!, Josefa, que fogalera tienes.
J: ¿Fogalera yo? ¡Fogalera la que está prendida allá en la
monarquía!, Domitila.
D: Aymería mujer, y ¿eso cómo por qué?
J: ¿Por qué va a ser, cristiana? por los problemas, los
recortes, y como la ley es igual para todos, ¡a según ellos!...
D: ¡JESÚS JESÚS JOSEFA! No me digas tú, que ellos también tienen
que recurrir a las velas…..
J: ¡Claro que sí ,Domitila! Para encendérselas a los santos,
para ver si ellos hacen un milagro y la hija recuerda alguito, porque está
desmemoriada perdía…, esa chica se volvió toleta y no se entera de nada, las
malas lenguas dicen que está así desde que se metió en un negocio de lejía,
mire usted eso cristiana ¡que necesidad!.
D: ¿De lejía Josefa?
J: ¡Sí! Ellos son muy finos y dicen que es
un negocio de blanqueo, ¿Y qué es
lo que se usa toda la vida pa blanquear? Piensa mujer…
D: ¡La lejía!, pues tienes razón Josefa y los recortes ¿cuáles
son?. Si a esa gente lo único que le falta es sarna pa rascarse.
J: ¿Te parece poco, Domitila, dos yernos en
tan poco tiempo?
D: La verdad, cristiana, que ese hombre si ha tenido mala pata, y
encima ¡va y se le rompe!, esa gente no son sino un puro estalaje, el que no
cojea de una pata, lo hace de la otra, gracias a Dios que tenemos la princesa
del pueblo, que es bien echada pa lante, con decirte Josefa que escribió un
libro y es el que más se vende, a según dice el librero de la esquina. Deberían
hacerla representante de la cultura, que todo el mundo la quiere, no como el
chafalmejas ese que tenemos, que donde llega la gente lo manda a freír
chuchangas, ¡y total, la educación estaría igual!.
J: Esos mismos pensares tengo yo Domitila, y me voy pal chozo
que se me hace tarde pa hacer el potaje, gracias por el café mujer.
Pues este alegato tiene mucha enjundia, mucha y sustanciosa materia, ¡ya lo creo! Domitila y Josefa, ejemplos de la sabiduría popular, de la gente llana y sencilla con los pies bien plantados en la tierra. ¡Excelente, Lilia!
ResponderEliminarMuy bueno tu relato y, como siempre lleno de tu característico humor. Te felicito.
ResponderEliminarGenial este relato con un lenguaje mordaz...Hay muchas Domitilas que buscan la sabiduría de Josefa.
ResponderEliminarBuenísimo!! Cuanta ironía, más de uno de las altas esferas debería de aplicarse estos alegos. Esperemos que pronto se venga abajo toda la industria de la lejía. Jajajaja Saludos desde la isla tranquila.;)
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