El ombligo
sintió la soledad cuando el tatuador le pintó una excitante boca, con unos
rojos y carnosos labios y unos dientes de anuncio de pasta dental, riendo a
mansalva.
Maravillosa,
pero no la oía. ¡Horror! Se le olvidó pintarle la lengua.
Título imposible que, como siempre, no ha supuesto para ti ningún problema. Vas y nos plantas una boca muda sobre el ombligo y listo!! Haces parecer muy fácil lo que, a priori, resulta súper complicado.
ResponderEliminar