Con su California
voladora soñó ella muchas veces y quizá ese verano hubiera sido feliz con
semejante compañera de viaje, pero el destino, que es muy sabio, intuyó,
auguró, que tal vez sería mejor buscar otra opción.
Si esa era su
ilusión y la opción que siempre quiso para sus últimos días en su paso por la
vida, ¿qué la hizo retroceder?
A punto de terminar
con su vida laboral y con la esperanza que durante algunos años mantuvo
encendida, vio ante sus ojos cómo se desmoronaba toda su vida futura, subida en
su alada California.
Los sueños, sueños
son. Cuando toda tu ilusión se basa en un sueño sin condiciones, sin tropiezos,
sin fronteras…mientras sueñas, todo perfecto. Llega la realidad y nada de lo
que habías previsto en tus sueños, ni cuaja ni cuadra.
Otros han soñado por
ti, han programado un final para tu historia que, aunque no sea de tu agrado,
de alguna forma es el que te labraste durante tu vida pasada y no se produce el
cambio deseado y esperado, porque debes despertar de ese maravilloso sueño.
Está aquí, mírala,
obsérvala, es ella, tu California te espera, date prisa, corre, vuela, no la
dejes escapar. Sólo pasa una vez.
Quizá tenga que
esperar hasta el verano del 19. No importa, probablemente está escrito en
alguna parte del camino de su historia, que si no es en el verano del 18, será
en el del 19 o su tan deseado verano no llegará, porque siempre le ha parecido
mejor quedarse en el invierno.
¿Pero….te vas a
rendir? ¡Qué cobarde eres!, arriésgate, huye de este ruido, búscate otros ruidos
que te huelan a libertad.
Me gusta este sueño de una California y ¡¡a recorrer el mundo!!, y me gusta este escrito que azuza, que anima con fervor a perseguir el sueño, a no quedarse instalada en la ensoñación sino a dar pasos para conseguirlo, porque finalmente, parte de nuestro destino lo escribe uno mismo.
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