Me desperté
sobresaltada en mitad de la noche y entonces escuché el inconfundible sonido de
unos tacones apresurados. Espabilé un
poquito y recordé que la otra cama estaba desocupada. Mi prima de la ciudad, que nos estaba
visitando, llegaba justo a esas horas, ¡qué fresca!, pensé, es una
irrespetuosa, llegar tan tarde, claro, tratando de no hacer ruido y a ver, digo
yo, ¿con quién pasó la noche?, ¡qué rápida es para hacer conquistas!, ¿no será
con el chico que me gusta?. Entre esas
cavilaciones, busqué mis pastillas ansiolíticas e hice todo el ruido posible
para que mi prima no pudiera dormir. ¡Qué se aguante! –dije – total, ya me
había amargado la noche y quién sabe qué más…
Pero bueno Alicia que cara tan espantosa ,esa prima tuya es un gran problema para tí . Espero que el chico decida bien . Renata
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