Han pasado
años y, a pesar de ello, aún recuerda su cara de asombro. Hacía unos meses, se había fijado en un chico que siempre cogía el autobús
una parada más abajo que la de ella.
Como buena observadora, sabía que le gustaba y que estaba esperando el
momento propicio para acercarse a ella.
Ese día, se bajaron los dos en la misma parada. La chica salió rápidamente y él detrás con
otros compañeros. Al llegar al semáforo,
¡qué casualidad!, estaba en rojo. Se
acercó a ella.
-¿No le
parece que ya es hora de que empecemos una amistad? Nos vemos cada día y ni
siquiera nos saludamos –le dijo él, mientras ella no salía de su asombro.
¡Con lo tímido que parecía!
-Pues la
verdad, no me había fijado, pero le digo que mi amistad no se la niego a
nadie. Bueno, ¡hasta mañana… si
coincidimos!
-Eso espero –contestó
él –pero, mira, si no tienes mucha prisa, te invito a lo que quieras y
charlamos un rato.
Ella pensó,
¿y de qué hablo yo con éste, que no conozco de nada?, sin embargo, aceptó.
Él empezó
diciendo que había tenido mala suerte con sus parejas y que ella le parecía una
persona muy agradable, que seguramente le entendería y podían llegar a algo más
que una amistad.
-Ah no!, yo
tengo novio –le dijo ella –pero si necesitas un psicólogo, tengo un amigo que
te ayudará.
-No, mujer,
no me hagas esto, un amor se deja por otro.
-¡¿Qué
dices?!, ¡De verdad necesitas un profesional.
Y se largó
para siempre, dejándolo solo en medio de aquella conversación.
esta muy bien clotilde
ResponderEliminarclotilde me encanta tu forma de escribir sigue adelante no lo dejes nunca te sigo todas las semanas
ResponderEliminarClotilde, casi me da lástima de ese enamorado abandonado en medio de una conversación. Eso debe significar que el relato está bien contado.
ResponderEliminarCaramba Clotilde , pobrecito ese chico , ahora si necesitará ir al psicólogo, muy simpático tu relato, felicidades. Alicia
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