Caminaba
absorta por unas callejuelas y de repente, una gitana tomó mi mano, la abrió y
empezó a leer sus líneas como si de un libro se tratara y con una soltura y un
desparpajo sorprendente, me dijo:
-¡Mi arma, tus manos son muy
charlatanas! Ellas me revelan que tienes
once líneas claramente definidas la suerte te acompaña, ¡ josu, qué sortuda eres,
mi arma!, lo dice el destino.
Y siguió con
su lectura. Cuando terminó, me entregó
una rama de romero.
-Ahora,
corazón, paga tu suerte y se cumplirá.
Yo le di
unas monedas y ella se sublevó.
-¡Josu, mi arma! Tu suerte no se paga con calderilla, tiene que pagar con con
billetes, con papel, si no, no se cumple…
Yo reaccioné
enseguida.
-Tú no
leíste bien mi línea del dinero porque no tengo billetes. En esa línea te falló la señal.
Con el sentido del humor, el estilo y la gracia que te son característicos, nos regalas un relato divertido y muy bien contado. Muy bien, Lilia
ResponderEliminarMuy buena la gitana y bastante espabilada pero mejor todavía la respuesta de la protagonista.
ResponderEliminarTan real como la vida misma, me apunto la respuesta!!felicidades me ha gustado mucho.
ResponderEliminarMe encanta tu sentido del humor que expresas en cada relato, tanto a la hora de escribirlo cono de transmitirlo.En estos tiempos que corren siempre es bueno que te arranquen una sonrisa.No lo pierdas nunca.Ánimo.
ResponderEliminarBuenísimo ! Siempre buscándole el lado humorístico a los acontecimientos .Felicitaciones. Alicia.
ResponderEliminar