María, a
través de sus cartas, presumía siempre de estar en las nubes. Álvaro creyó que ella hablaba de que no se
enteraba nunca de las cosas que tenía que hacer. Sin embargo, cuando fue a visitarla, constato
que de lo que ella hablaba era de que estaba leyendo un libro tan maravilloso
que se encontraba en las nubes.
Elena, me alegra profundamente ver como, poco a poco, vuelves a la carga y, lo haces además con un microrrelato en toda regla. Muy bueno.
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