Sí, puede que mañana llueva, pero de lo
que sí estoy segura es de que esta noche vi llover y no estabas tú. Como
siempre o como casi siempre estabas muy ocupado: amigos, fiestas, cartas,
tantas cosas te alejan de mí.
¿Acaso no soy importante para ti, de la
misma manera en que tú lo eres para mí?.
Tantas
promesas, tantas caricias, ¿en qué quedaron?. Esta soledad me resulta, a veces,
insoportable y, sobre todo, darme cuenta de que no has sido consecuente, que tu
memoria es flaca o ¿quizá nunca pensaste cumplir lo que prometiste?.
Veo las gotas de lluvia resbalar en los
cristales del mismo modo que corren por mis mejillas lágrimas de tristeza o
quizás de decepción. ¿Qué pasó con aquel joven dulce y cariñoso que llegó a mi
vida cuando menos lo esperaba?. ¿Qué se interpuso en su camino haciendo de él
un desconocido?.
Quisiera pedirle al tiempo que vuelva para caminar otra vez
juntos tomados de las manos.
Misiva que destila nostalgia por lo que quedó perdido en el camino. No sabemos qué sentimientos moverá en su destinatario pero en los que leemos tu relato, muchos.
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