Este primer mes del año es en el que
nos iniciamos a un nuevo ciclo de vida después de las experiencias y
acontecimientos del año anterior y de los, por lo general, excesos propios de
las Navidades.
No entraré aquí en los tópicos de
siempre acerca de este mes, que si la cuesta de enero, que si nada en los
bolsillos luego de tanto gasto, amén de los kilos de más que a casi todos nos
toca rebajar. Me niego a quedarme en este nivel puramente material y con
connotaciones depresivas. Trataré de buscar nuevas áreas de actividad y expresión
para así enfocar el nuevo año con optimismo y renovados bríos. Además este
nuevo enero comienza de la manera más atípica, tanto a nivel social y político,
como en lo que más nos afecta a nivel sensible, que es el tiempo o
circunstancias climatológicas. ¿Será acaso el vislumbre de que se acercan
épocas de cambios? ¿De qué tipo?. Dicen algunos agoreros que nos les gusta el
andar de la perrita. El tradicional refrán que dice: Enero es el mes primero,
si viene frío es buen caballero, se podría cambiar por el siguiente: Si en
Enero hace verano no habrá paja ni grano.
A mi modo de entender, no hay para
tanto. Creo que depende mucho de uno mismo, independientemente de los flujos y
reflujos de las mareas que rigen el destino de los seres humanos que las cosas puedan salir bien, y que este mes es el punto de
partida de cambios y cosas interesantes que van a acontecerme a mí, y es mi
deseo que les ocurra lo mismo a la gente que me rodea. Así que animémonos, pues
este mes de enero es el que nos armará energía para que el cambio de
consciencia se dé entre todos nosotros.
Me encanta el tono vitalista de tu escrito y el aliento esperanzador y positivo que lo envuelve. Invita a contagiarse de él y eso se agradece.
ResponderEliminar