Por aquel entonces y no
hace mucho, don Nerón envió un aviso urgente a una persona importante, por los
buenos informes que le habían llegado de ella, para desempeñar la labor que
debía encomendarle. Se trataba de que se hiciera cargo de la dirección de la
única fábrica que existía en Europa relacionada con hornos de leña y gas, dónde
además tenía otro socio de origen alemán, pero ésta es otra historia.
Según él, sólo ella podría
dirigirla, era una experta en esta materia. En el pasado sobrevivió a un
incendio fortuito, producido por unas partículas muy dañinas y casi siempre
destructivas llamadas inquisidoras, aunque se salvó de milagro; los bomberos
llegaron a tiempo y ella debía tener un poder sobrenatural.
Este accidente le dejó
algunas secuelas y hoy en día toda la parte afectada de su cuerpo, que no es
poca, está muerta, ni siente ni padece
dolor alguno.
Don Nerón opina, que
después de todo lo que ha pasado Doña Juana de Arco, es la persona idónea para
cubrir el puesto, porque sigue siendo una mujer luchadora, valiente,
emprendedora y sobre todo fogosa y ardiente, por lo que además se podrían
favorecer mutuamente. Llegado el caso, ninguno le teme al fuego.
Buena pareja y buen resultado para el reto de esta semana. Me ha gustado el tono que has utilizando para contarlo; fiel al juego y con un toque de ironía, siempre jugoso para quien lee. ¿Nos planteas que a veces el bien y el mal padecen de la misma locura? Muy interesante. Para reflexionar
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