Invariablemente, como cada día, Luis y
Julia pasean por la avenida: acurrucos, besos, palabras bonitas, son
exhibiciones incesantes de su amor.
Continúan mostrándose como unos chiquillos enamorados aún después de veinte
años de convivencia, ¡cuánta felicidad irradian! Si es que son la envidia de amigos y de
cualquiera que los frecuente o que los vea pasar abrazados, ¡qué hermoso!.
Incongruencias de la vida. Hoy, al
término del noticiero, escucho que se ha producido una nueva víctima de
violencia de género. Su pareja la ha
matado por celos. Dicen que ella había
denunciado el continuo maltrato en varias oportunidades, pero siempre había
regresado con su agresor. Le amaba
demasiado, le había confesado a su madre.
Mañana asistiré a su sepelio. ¡Te echaré de menos, Julia!. Se terminaron los falsos días de miel. Ya no volverás a ser la envidia de los que te
veían pasar!
Retrato fiel de una realidad terriblemente cotidiana, muy a nuestro pesar. Demasiadas Julias caminan por la vida con aparente felicidad, cuando lo que esconden detrás de ella son falsos días de miel. Muy bueno, Carmen.
ResponderEliminarLa violencia es una lacra que debemos erradicar entre todos.
ResponderEliminarTu relato puede hacer pensar.
La violencia es una lacra que debemos erradicar entre todos.
ResponderEliminarTu relato puede hacer pensar.