Yo tenía
alrededor de diez años cuando vi una película antigua que llamó mucho mi
atención, sobre todo porque en ella aparecía un niño más o menos de mi edad,
con un maravillosos ojos azules, ¡tan intensos y brillantes!. Estaba escondido detrás de una columna,
viendo como los romanos acababan con todo.
Hoy en día,
ya adulta, sé las razones por las cuales esta película me cautivó. Primero, porque mi color favorito es el
azul. Segundo, cada vez que veo a una
persona, chico o chica, lo primero en que me fijo en su mirada y tercero, ahora
entiendo porque me puedo quedar horas contemplando el azul del mar; no sólo por
la belleza de la naturaleza sino también porque me recuerda a los ojos más
bonitos y penetrantes que he visto en toda mi vida.
La película
se llama Jesús de Nazareth, de Franco Zeffirelli y sigo viéndola cada año por Semana
Santa, sin excepción. No quiero saber
cómo se llama el actor ni cuantas películas ha hecho.
Si la gente
me preguntara que rostro o que mirada le pondrías a Jesús, diría que es esa, la
de aquel niño tras la columna de la película.
Buen relato, Eva. Me ha gustado como has conducido la historia.
ResponderEliminar