Es el error que cometemos; siempre
nos guiamos por lo que apreciamos a primera vista, no nos paramos a comprender
que detrás de esa apariencia no tan llamativa puede haber otros encantos.
Debemos observar, y fijarnos en las
cosas y las personas que vemos. Entonces verás que son diferentes, son amables,
sinceras, acogedoras, siempre dispuestas a colaborar y ayudar al que lo
necesite.
También, si observas el paisaje;
acércate, no lo veas de lejos puede que te lleves una sorpresa, si te detienes
a observarlo de cerca verás la belleza
que posee, no siempre hay que quedarse con la primera impresión.
No vale lo que una vez oí: si esto es lo que hay, de aquí me devuelvo; a
lo que yo le contesté: no, vale la pena que sigas, que lo veas, que lo
conozcas, que aprecies sus paisajes y la amabilidad de sus gentes, siempre
solidarias. Esto diría yo de mi isla El
Hierro y sus gentes, como podría hacerlo también de cualquiera de nuestras
islas.
Bien, Maruca, estoy de acuerdo con lo que dices. No hay que fiarse de las primeras impresiones porque suelen llevarnos a engaño. A veces las pequeñas cosas son las más grandes y, por el contrario, en ocasiones lo mayúsculo no nos conduce a nada. Un abrazo
ResponderEliminarMe ha encantado tu relato Maruca, es bueno recordarnos que, no debemos llevarnos por las primeras impresiones, cosa que, seguramente alguna vez, a todos nos ha pasado. Te felicito.
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