A través de mi
ventana, veo a esa mujer de la casa de enfrente, tengo entendido que se llama
Mariana o María, algo así, parece que tenga más o menos mi edad, 50 años o más, estoy segura que tiene una vida “oscura”
¡todo el día con esos gatos!; su expresión es de amargura ¡algo esconde! Nadie
lo sospecha, sino yo. Se le nota cuando
mira al cielo, está como ausente; sobre todo en estos días tan fríos y
lluviosos. Desde luego, de lo que estoy segura es que es una mujer fría e indiferente; pues tiene a esos gatos
muriéndose de frío en el balcón, a la intemperie, empapados de agua, y no hace
nada por remediarlo.
La escena de los gatos mojándose en el balcón, desde el punto de vista de una vecina cotilla. Conseguiste el tono narrativo adecuado, a mi parecer. Finalmente, lograste que el relato nos hablara tanto de la personalidad de la observada como de quien observa. Muy bien, Juani.
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