Tienes un
grupo de amigos de muchos años con los cuales compartes muchas cosas de tu
vida, incluso llegas a creerte que sin ellos no eres nadie. Son como un pilar para poder seguir adelante.
Yo siempre
estaba de acuerdo con todo lo que se decidía en conjunto en nuestra relación de
amistad y creía que ésta marchaba muy bien, hasta que, últimamente, por unas
circunstancias que no viene al caso contar, el grupo se ha distanciado. Claro, en principio, creí que no iba a poder
seguir adelante porque todo en mi mundo se estaba derrumbando y no veía la
solución por ningún lado, sin embargo, al pasar el tiempo, me doy cuenta de que
en mi nueva vida empiezan a ocurrir ciertos cambios. ¡Caramba!, me dijo a mí misma, he vuelto a
renacer, tengo nuevos amigos, a los que percibo alegres y sinceros. Ellos me repiten siempre: ¡Chica, la vida no
hay que tomársela tan en serio!, date cuenta de que la alegría y la diversión
también existen y por eso no dejamos de ser como somos en realidad.
La moraleja que yo extraigo de esta experiencia
es que en esta vida, nunca sabes con la que ganas o pierdes, hasta que no te arriesgas
y lo haces.
El que traslades tus experiencias y los sentimientos que ellas te generan al papel, para compartirlo con nosotros, tal vez ayude a otras personas a entender lo que les pasa, desde otra perspectiva. Gracias, Mercedes
ResponderEliminarFelicidades por tu relato Mercedes. Es verdad que a veces la vida se encarga de movernos la tierra bajo los pies, pero la experiencia me ha enseñado que a veces perdiendo también se gana. Un abrazo.
ResponderEliminarMe ha encantado la conclusión a la que has llegado . Tu franqueza al expresar tus experiencias es algo muy valioso para tomar en cuenta . Un abrazo, Alicia
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