Claudia y Walter juntaron
sus vidas desde la primera vez que se vieron; sin embargo ahora una duda era la dueña de sus actos.
Ella acostumbraba disfrutar
de su té favorito en el más selecto barrio de la ciudad. Fue ahí, donde conoció a
Robert. Un hombre apuesto, varonil y con unos enormes reveladores ojos negros;
quedó cautivada al instante.
Los encuentros fortuitos,
se hicieron cada vez más frecuentes. La complicidad se fue transformando en
mucho más. ¡Estaban enamorados!.
-Qué voy a hacer ahora?-repetía
su mente, mientras miraba silenciosamente a Walter.
Ahora, sabía que el amor que sentía por él,
sólo había sido un amor de juventud, un cariño infantil. ¡Esto era diferente!. Con Robert, su cuerpo y su mente se inflamaban, a tal punto que le costaba
respirar.
Ahora, Robert se marchaba
lejos y, le había pedido que se fuera con él. Pero…, cuántos factores que
sopesar…, cuántas dudas la atormentaban.
Tendría que tomar la decisión más difícil de su vida; tan sólo esperaba, no
equivocarse.
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