Los abuelos de la isla de Kopros bordan
canoas en los largos cabellos de sus negras barbas. Con sutil delicadeza y una técnica ancestral,
dan forma a majestuosas obras de arte, utilizando únicamente fibras de coco y
flores silvestres. Cada una es diferente, cada clan posee su estilo propio, lo
que les otorga un estatus dentro de la tribu; cuanto mayor es la canoa, mayor
el nivel social.
Curiosa costumbre que se remonta a
incontables generaciones; -ni los
propios miembros de la tribu pueden recordar cuando se inició-, pero que ellos
siguen manteniendo intacta a través de los siglos.
Este aspecto tan peculiar de esta
aislada cultura, ha llevado a numerosos
investigadores a centrar su atención en ellos, dedicándoles incontables
tratados y tesis doctorales; incluso la
UNESCO, recientemente le ha otorgado el reconocimiento de “Patrimonio de la
Humanidad” a tan sorprendente tradición.
Definitivamente los relatos apócrifos te vienen como anillo al dedo, éste, igual que el anterior te quedó bordado. Absolutamente creíbles y verosímiles. Excelente trabajo!!
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