Yo quiero
participar en el concurso de murgas, ya soy mayor, tengo ocho años, puedo
entrar en la murga infantil, mis piernas no son ningún impedimento, le decía
Ángela a su padre.
No te
preocupes, voy a hablar con el Director, seguro que te coge este año, además
eres muy inteligente y ya cantas algunas letras tuyas, le respondía el padre.
¡Uy, uy,
papá! sí, vete ya que hoy empiezan los ensayos.
Y llegó el
día tan deseado por Ángela, por fin participaría en la murga de su barrio. Cogió sus muletas y se dirigió al
centro. Sus amigos se pusieron muy
contentos, cuando la vieron todos la besaron y le dieron la bienvenida.
Por ser tan pequeños
nos toman el pelo,
nos dejan a un lado,
sin colegios.
nos toman el pelo,
nos dejan a un lado,
sin colegios.
Para la enseñanza
dinero han dado,
digan donde está,
porque ha volado.
.
digan donde está,
porque ha volado.
.
No fue
agradable oír aquello en voz de niños inocentes, pero el problema está ahí y
ellos lo viven. Está en el ambiente.
Sobresale el carácter crítico de este relato. Que aprendan a reivindicar sus derechos desde pequeños, a mi me parece importante también.
ResponderEliminarBreve pero contundente tu escrito Clotilde, te felicito,
ResponderEliminarTu relato es enternecedor , la superación personal es imprescindible en la vida de todos nosotros. Alicia
ResponderEliminarqueridisimas compañeras muchas gracias juntas podemos hacer mucho adelante todo seas por las nuevas generaciones clotildes
EliminarBravo a todas
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