Miguel pesca ilusiones en un mar de
sueños. Siempre fue así; un soñador de
imposibles. Luchador incansable para
lograr sus metas y cumplir sus sueños; su vida nunca ha sido fácil,
perennemente sembrada de injusticias, sólo por tener la desdicha de haber
nacido en un país pobre.
Los recuerdos de su vida pasean por
los pasillos de su mente, mientras la expresión de su rostro se va
transformando al recordar el día cuando, aún siendo un niño, las circunstancias
le obligaron a subir a una patera, en busca de un futuro mejor. Como equipaje llevaba la ilusión y como
compañero de viaje, la congoja por lo que dejaba atrás.
En las oscuras noches de travesía,
conoció el frío junto con una soledad imperiosa, que le hizo sentir nulo frente
a un mar que le pareció interminable y lleno de sombras. Con el miedo clavado en las entrañas, él solo
se encomendó a Alá, porque aquel mar negro y profundo, podía ser la puerta a un
mundo de esperanza o quizá, su propia tumba.
A Miguel, la angustia le castiga en
su interior al recordar las miserias que le ha tocado vivir. Completamente explotado por el patrón y
perseguido por la justicia, como si fuera un delincuente, sólo por estar
indocumentado. Le ha tocado vivir una
existencia llena de carencias y de ausencias; pese a lo cual nunca ha
abandonado sus sueños.
Le reconforta pensar que sus
esfuerzos no han sido estériles porque él siempre ha sido de la convicción de
que el mundo y los logros son de los que arriesgan y él lo ha arriesgado todo
por alcanzar sus sueños, aunque a veces esos sueños sean imposibles de
alcanzar.
Relato impregnado de bellas imágenes poéticas que enriquecen el texto y nos acercan al dolor de su protagonista. Muy bien
ResponderEliminar